Mi experiencia personal con la DISCIPLINA POSITIVA
Antes de empezar a desarrollar este post me gustaría dar las gracias a Marisa Moya por la acogida que tuve en su Escuela infantil Gran Vía cuando en 2013 asistí a uno de los primeros talleres que ella impartía para las familias como facilitadora de Disciplina Positiva.
En la actualidad, ella es neuropisoeducadora y entrenadora de Disciplina Positiva. Ese taller lo compartí con mi amiga Begoña que es maestra de Infantil y compañeras como Patricia Castaño y Ruth Alonso. Ahora son facilitadoras de Disciplina Positiva. Descubrí en primer lugar los orígenes de este modelo educativo, sus fundamentos, sus criterios y sus herramientas.
Orígenes de la disciplina positiva
El modelo educativo conocido como “Disciplina Positiva” está basado en la obra de los psiquiatras Alfred Adler y Rudolf Dreikurs. Alfred Adler introduce por primera vez los talleres para padres y profesores ya desde 1920. Su misión era prevenir, divulgar, formar y apoyar a los educadores y las familias. También defiende tratar con respeto a niños/as y adolescentes, pero advierte del peligro de caer en la permisividad y ausencia de límites, es decir, su lema es: “firme y amable”.
Las ideas pedagógicas se introdujeron en Viena por el Dr. Adler y posteriormente fueron llevadas a Estados Unidos por el Dr. Dreikurs, su discípulo que tras la muerte de Adler desarrolla la psicología adleriana y sella el término de “Educación Democrática” basándose en el respeto mutuo frente el autoritarismo del adulto sobre niños/as y adolescentes.
En los años ochenta estas teorías educativas se sistematizaron, se experimentaron y se comprobaron gracias al trabajo de las psicólogas Jane Nelsen y Lynn Lott que escriben un manual sobre educación para padres titulado “Positive Discipline” que hoy en día, tras 40 años, se ha extendido por Estados Unidos, América Latina y Europa.
Los fundamentos de la disciplina positiva
Los puntos clave de esta metodología son:
El proyecto de futuro que tiene la familia es ayudar a sus niños/as en el desarrollo de la autoestima y las habilidades que necesitan para ser personas felices y favorezcan el bienestar de su entorno próximo (familia, escuela, …) y de la sociedad. Los adultos debemos responsabilizarnos de los problemas de conducta de los niños/as y no culpabilizarnos. Si aceptamos nuestra parte de culpa en el conflicto, ayudamos que el niño y la niña tome su parte de culpa.
Criterios para la disciplina positiva
Los criterios son los siguientes:
- Amable y firme al mismo tiempo.
- Conexión de la familia con los niños/as para que se sientan sentidos, significativos e importantes.
- El error como gran oportunidad de aprendizaje porque enseña valiosas competencias sociales como: respeto, interés por los demás, participación, … y ayuda a que los niños/as desarrollen sus capacidades y sean conscientes de ellas.
Herramientas para la disciplina positiva
Selecciona y trabaja estas herramientas de forma flexible porque todos los niños/as no son iguales. Antes de aplicarlas con los niños/as, quiero que te hagas la pregunta siguiente: ¿qué quiero conseguir con los niños/as? Después de esta pregunta, puedes empezar a conocer las herramientas más valiosas para usar con tus hijos/as. He elegido 10 herramientas pero hay muchas más.
Creencias que apoyan una conducta
Es importante conocer las creencias que están detrás de la conducta de los niños/as para darles oportunidades y así ellos las cambien. Hay cuatro metas equivocadas que nos llevan a conductas negativas: búsqueda de atención, poder, venganza y darse por vencido.
Conoces cómo son y quiénes son
Quiero que te preguntes las siguientes preguntas: ¿conoces a tus hijos/as?, ¿tienes confianza en tus niños/as?, … Cuando tienes fe en ellos/as, es más fácil que no los controles ni lo castigues. Trátalos con respeto para enseñarle las destrezas cuando la familia no esté acompañándolo.
Sé generoso y firme a la vez
Ni la autoridad ni la excesiva permisividad son actitudes saludables para los niños/as. Para desarrollar a niños/as y a adolescentes competentes es necesario establecer equilibro entre generosidad y firmeza.
Enfoca al niño hacia el futuro en vez del pasado
Céntrate en soluciones en vez de consecuencias. Mira las soluciones para que le ayuden en el futuro y no pague el niño o la niña por lo que hizo. Involucrar a la infancia en soluciones para desarrollar la confianza propia y una autoestima saludable cuando le damos la oportunidad de demostrar sus recursos
Preguntar en vez de ordenar
Muestra interés por conocer los pensamientos y sentimientos de los niños/as preguntando: ¿qué?, ¿cómo?, … escucha reflexivamente y activamente, evita las preguntas inapropiadas que hieren sus sentimientos ni preguntas que ya conozcas las respuestas para atrapar al niño/a.
Errores
Los errores no son malos, no es malo cometerlos, no es bueno ocultarlos y si cometemos errores no somos malos o fracasados. Enséñale a los niños/as que cometer errores es una oportunidad para valorar la ayuda de otros y estimula a los niños/as a tomar responsabilidad por lo que hacen.
Rueda de opciones
Da al niño/a dos opciones porque si le permites escoger es reconocerle capacidad. A medida que crecen necesitan más alternativas para no enfrentarlos a una lucha de poder. Los niños/as pequeños/as necesitan límites para escoger.
Planifica por adelantado y decide qué puedes hacer
Los niños/as no se sienten castigados si pueden prevenir las consecuencias por adelantado. Los niños están más preparados a cumplir reglas si han participado. Pregúntale sobre cuáles son sus sugerencias acerca de las consecuencias por cualquier conducta para aprender la conducta correcta.
Debes aprender que la única conducta que puedes controlar es la tuya como adulto. Decide qué puedes hacer en vez de tratar de controlar a los niños. Distrae y/o reorienta. No prohíbas hacer algo, es preferible decirles u orientarles sobre lo que pueden hacer.
Oportunidad, responsabilidad y consecuencia
Para cada oportunidad, que el niño o la niña tiene, hay una responsabilidad relacionada. La consecuencia es si no se acepta la responsabilidad se pierde la oportunidad. Cuando los niños/as no quieran hacer las cosas, lo alientas sin culpabilizarles pero diciéndoles lo que hicieron. En vez de castigarlos, enséñales cómo podría solucionar esto en el futuro.
Consecuencias naturales y lógicas
Una consecuencia natural es algo que ocurre cuando el niño o la niña lo elige, sin que el adulto haga nada. Cuando las consecuencias naturales son inmediatas, son muy efectivas pero si no se dan estos casos, son peligrosas y no se pueden permitir.
Eliminar el castigo. ¡No vayas más allá de las consecuencias! Las consecuencias lógicas son más complicadas. Los padres pueden intervenir cuando la consecuencia natural no es apropiada porque puede ser dañina o puede herir a alguien. Para que una consecuencia lógica no sea un castigo debe: estar relacionada, ser respetuosa y razonable. Hay que tener confianza porque los niños/as van a captar su responsabilidad con el tiempo.
Conclusión
En la actualidad soy facilitador en primera infancia. Me certifiqué en Seville Montessori School con Marisa Moya y mis compañeras. La Disciplina Positiva conecta con mi manera de ver la educación y la enseñanza. Debería extenderse a las familias, centros educativos, y, en definitiva, a la sociedad.
“La Disciplina Positiva es educar desde la amabilidad y la firmeza”
Os dejo el enlace de la Asociación de Disciplina Positiva España:
https://disciplinapositivaespana.com/
También aporto la dirección de la Escuela Infantil Gran Vía de Marisa Moya: https://www.escuelainfantilgranvia.com/
-7 Comentarios-
Gran entrada sobre disciplina positiva para acercarla a las familias, educadores y sociedad en general. Más modelos educativos como estos deberían existir para crear niños y niñas del futuro buenas personas e inculcando muchos valores que hoy en día no se tienen en cuenta. Gracias amigo por la entrada. Un besito grande😘
¡Muchas gracias Alba por tu comentario! Es un modelo educativo que mira a la infancia de frente y de manera horizontal siendo respetuosa con ella pero firme al mismo tiempo. Un beso para ti también amiga!
Qué valioso, Juan! Esta metodología siempre da excelentes resultados. La experiencia indica que la disciplina punitiva clásica, basada en el castigo y la recompensa, solo aspira a obtener resultados orientados a una obediencia no consciente. Padres y maestros debemos ser los impulsores de este modelo pedagógico. Afortunadamente, la educación alternativa pone en acción la disciplina positiva al priorizar el desarrollo de las habilidades socio-emocionales a través del estímulo y el empoderamiento.
¡Muchas gracias por tu comentario! En mi blog faltaba mi experiencia de la discipina positiva como yo la he vivido. Para mí conecta con la visión que yo tengo de la educación y de mirar a la infancia. ¡Juntos sumamos para el cambio educativo Patricia!
Firmeza y amabilidad,me encanta,Juanmi.
No conocía esa disciplina,gracias.
Hay que ser generoso y contundente en la educación para lograr la disciplina positiva.
Me gustaría dejaros este artículo escrito por Marisa Moya que aparece en el diario nacional «El País» (26/09/2017).
https://elpais.com/elpais/2017/09/26/mamas_papas/1506424357_975671.html
Un saludo,
Juan Miguel