La importancia del PRACTICUM en la carrera de Magisterio
¡Buenas lectores y lectoras! Espero y deseo que hayáis tenido una buena semana. Ahora nos espera una semana de vacaciones para descansar, desconectar y disfrutar del buen tiempo que tenemos. Hoy os traigo una reflexión sobre la importancia del practicum en la carrera de magisterio.
¿Qué es el prácticum?
El PRÁCTICUM es una asignatura troncal que está encaminada a adquirir los conocimientos y competencias necesarias para el ejercicio profesional como maestros en un contexto real de trabajo. También constituye uno de los componentes clave en los procesos de formación del profesorado. Además de una importante ocasión para el aprendizaje de la profesión docente.
La construcción de conocimiento profesional durante el Practicum constituye un momento importante para valorar lo siguiente:
- La unión del conocimiento académico derivado de la investigación formal.
- El conocimiento experiencial, fruto de la práctica.
La complejidad del aprendizaje de la enseñanza es manifiesta en el Practicum, cuando los futuros maestros se enfrentan al reto de corresponder sus conocimientos previos, el conocimiento adquirido en la Universidad y el conocimiento práctico que observan en los tutores, al tiempo que deben responder a las exigencias de las situaciones de enseñanza y de aprendizaje en las que están inmersos.
¿Qué aprende el alumnado en el practicum?
- La observación y análisis de la realidad docente.
- El conocimiento del centro educativo.
- La planificación educativa del centro.
- La práctica docente observada en el aula.
- La intervención docente de los estudiantes del Practicum.
- La valoración crítica de los procesos de enseñanza / aprendizaje.
¿Qué aportan los maestros al alumnado de prácticas?
- Aprenden a amar esta profesión y la vocación por enseñar.
- Adquieren toda una serie de capacidades, herramientas, competencias, etc., para construir el aprendizaje que adquiere el alumnado a través del proceso de enseñanza.
- Reconocen cómo resolver conflictos adecuadamente en el día a día en el aula.
- Logran dar a cada niño y niña lo que necesita en cada momento.
- Experimentan que enseñamos más por lo que hacemos que por lo que decimos.
- Se aportan vivencias y casos reales para aprender a través de ellos y en la que puedan identificar equivocaciones que toda persona puede cometer en la práctica diaria. Deben tenerlas presentes para que sean conscientes de ellas e intentan evitarlas en la medida de lo posible cuando sean maestros.
¿Qué aporta el alumnado de prácticas a los maestros?
Desde mi experiencia como tutor de prácticas se aprenden muchas cosas:
- Los maestros aprendemos mucho enseñando, refrescando conocimientos que siempre han estado ahí, pero los haces presentes. También verificas la información cuando te hacen una consulta y tomas más conciencia de aspectos. Como por ejemplo la coordinación en el equipo de ciclo y revisar las fuentes legislativas para conocer las novedades educativas.
- También es muy necesaria la organización y la planificación de las tareas a corto, medio y largo plazo. Si no es así, es muy fácil que haya un descontrol en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Además, puede que no se atiendan a las necesidades e intereses del grupo-clase. Que el alumnado en prácticas dependa de ti, es decir, esté a nuestro cargo, nos ayuda a cuidar lo dicho: una adecuada organización y planificación.
- Hay que decir que en muchos momentos nos ayudan en nuestras tareas. Por ejemplo, cuando hay que hacer la asamblea, cuando nos dividimos por grupos el trabajo de mesa que hay que hacer con el alumnado, la narración de un cuento, desarrollar una sesión de psicomotricidad, etc. Ellos aprenden y a nosotros nos alivian esa labor.
- No solamente nos enseñan de manera indirecta, sino que ciertamente nos pueden dar conocimientos, estrategias o sugerencias tanto o más válidas que las que nosotros solemos seguir. Un claustro vivo es aquel que aprende tanto del alumnado del centro como del alumnado de prácticas.
- La incorporación del alumnado en prácticas a los centros educativos aporta “un aire fresco”, tanto al claustro como al alumnado. Seguramente estos son los que más se “benefician” de ello, los suelen recibir con buena actitud y agradecen “caras nuevas” porque es la novedad.
- Uno de los puntos fuertes del alumnado en prácticas es su fuerza, su motivación y su ilusión por aprender de todo. Además de poner en práctica lo aprendido en la universidad, su implicación, es decir, sus ganas de aprender, hacer, ayudar, trabajar, etc.
Conclusión
Desde mi experiencia personal como tutor de prácticas es necesario que el alumnado de prácticas tenga un periodo de acogida donde se sienta seguro. De esta manera pueden preguntar dudas o contrastar información, participar activamente en el día a día y se vaya formando ese vínculo para que puedan aprender cómo enseñar y gestionar un grupo clase. Deben tener en cuenta que todos los días no son iguales, pero se puede aprender de las vivencias, de las experiencias y de las situaciones de enseñanza y de aprendizaje que se dan en el aula.
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