10 RAZONES GENIALES por las que soy maestro (y me encanta)
¡Buenas lectores y lectoras! Espero y deseo que hayáis pasado una buena semana. Ahora toca el fin de semana para descansar y recargas las pilas. Hoy os traigo una nueva entrada que podría ser la primera de todas, pero no se ha dado el caso porque se necesita reflexionar, mirar hacia dentro y volver a los orígenes cuando decidí estudiar magisterio, ser maestro y así encontrar esas razones que te hacen estudiar una de las carreras más bonitas que existen.
Este post puede ser el más sencillo de escribir, pero a la vez el más difícil porque te lleva al “para qué “estudias esta profesión u otras profesiones dependiendo de la profesión que tenga cada lector o lectora que lea esta entrada.
Seguramente haya muchísimas más razones por las que soy maestro (y me encanta), pero no quería que el post se hiciera eterno. Así que… ¡aquí os hablo de mis diez motivos principales!
1. Vocación y familia
Soy maestro porque tengo vocación y va en mis genes desde que nací por pertenecer a una familia de docentes (mi padre, mi hermana, mi tía, mis primos y primas). La vida me tenía preparado lo que soy ahora y siempre lo seré.
2. La importancia de la educación
Soy maestro porque desde que estudié la carrera siempre he querido aportar mi granito de arena al alumnado para construir una sociedad igualitaria y mejor porque la educación es de todos.
3. Aprendizaje constante
Soy maestro porque me gusta aprender cada día, soy inquieto y curioso porque creo que todo no está dicho, hecho y pensado como me define mi compañera y amiga Trini. Los maestros y las maestras siempre estamos dispuestos cada día a aprender. Yo pienso que no somos maestros/as por lo que sabemos sino porque tenemos la capacidad de transmitir lo poco que sabemos. En la escuela cada día es un reto y un aprendizaje.
4. Pasión por la infancia
Me encantan los niños. Cada día me sorprenden porque cada uno de ellos me enseña como tengo que tratarlos desde el respeto, el cariño, la confianza y la cercanía. Son seres mágicos que me atraen, me fascinan y hacen magia en mi corazón día tras día.
5. Ilusión por cada pequeño detalle
Soy maestro porque tengo ilusión y abro la puerta cada día cargado de esa emoción que los niños y las niñas me transmiten. ¡Los maestros y las maestras nos ilusionamos por todo! Desde una flor que nos regala un niño o una niña en el patio, un dibujo hecho con todo el cariño, por un “papi” de nuestro alumnado, por un cuento que encuentras en internet, en una librería o te lo ha dicho tu compañero o compañera en un grupo de WhatsApp.
6. ¡Creatividad al máximo!
Yo tengo la menta muy inquieta (seguro que vosotros también) y siempre estoy pensando nuevas actividades sobre la marcha teniendo en cuenta el estado de ánimo de mi alumnado, aunque también sigamos la programación diaria. Los niños te hacen ser cada día un libro abierto.
7. Adaptación al ritmo de los peques
Soy maestro porque soy un camaleón y versátil porque me adapto a las situaciones diarias que van surgiendo: unidades didácticas, ABP, ratios de 25 o menos alumnos/as dependiendo del colegio, … Los maestros/as nos adaptamos a cada niño/a porque es lo que ellos necesitan para crecer y seguir desarrollándose en todos sus aspectos. La gran virtud de todo maestro o maestra es dar a cada uno lo que necesita sin dejar de ser uno mismo o una misma.
8. Luchando por el cambio educativo
Sueño que en nuestro país la educación cambié y sea el verdadero motor de ese cambio donde eduquemos a los hombres y a las mujeres del mañana para que sean ciudadanos/as con sentido crítico, responsables, emocionalmente inteligentes y con valores.
9. Dejando salir a mi niño interior
Soy maestro porque todavía conservo a mi niño interior que algún día fui, el niño que siempre seré, el niño que jugaba a ser maestro, el niño que siempre quería aprender y se ilusionaba por todo. Por eso siempre supe que sería maestro.
1o. La confianza de las familias
Soy maestro porque quiero ser el maestro que mis hijos/as quisieran tener, aunque hoy en día no los tenga. Por eso empatizo con las familias cuando ellos depositan la confianza en nosotros para que seamos nosotros mismos además de modelos para sus hijos/as.
Éstas han sido las 10 razones por las que soy maestro. Quizás muchos de vosotros y vosotras se sintáis identificados conmigo. Por eso espero y deseo que también os ayude a encontrar las razones por las que estudiasteis magisterio y sea ese impulso y esa energía para luchar por nuestro trabajo y profesión a pesar de los cambios o avatares que nos trae la vida cada día.
A todos los maestros/as con todo mi cariño porque hacéis un gran trabajo cada día, que nadie critique vuestra vocación, vuestra ilusión, vuestra idea de mejorar el mundo que nos rodea, … y, sobre todo, a ese niño o esa niña interior que marca lo que hemos sido en el pasado, somos en el presente y seremos en el futuro.
¡Somos los mejores maestros/as que nuestro alumnado puede tener!
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-3 Comentarios-
¡Excepcional!¡Lo estaba leyendo y me sentía superidentificada! ¡Que capacidad tienes para expresar todo! ¡No dejes de escribir nunca!
¡Me encantan tus 10 razones! Muchas las comparto también contigo.
¡Gracias por tu comentario! Me alegro que muchas de las razones que he escrito, resuenen en ti aunque seguramente tú tienes tus propias razones como maestra vocacional.